viernes, 5 de junio de 2020

MI PARTO PREMATURO I PARTE

Todo comienza la noche del domingo 8 de septiembre del 2019; cumplía 31 semanas. Hacía unos días, habíamos empezado a preparar algunas cosillas de la bebé; la ropita, concretamente. No teníamos nada nuevo comprado para ella, todo era heredado de su hermanita,

Esa noche empiezo a notarme rara, tenía muchas ganas de hacer pis, me pareció extraño, pero no quise darle mucha importancia. No tardé mucho rato en darme cuenta que no era pis, era líquido amniótico. Cogí cita para que me viese un gine la mañana siguiente, eran las 4 de la madrugada, el líquido salía solo si me movía. No pude dormir nada esa noche. Ese domingo cumplía 31 semanas, todavía faltaba mucho para que llegase la pequeña.
Cuando llegó la hora para ir al hospital, fuimos los tres, Claudia nos acompañó. Tenerla allí me ayudó muchísimo. En la consulta me hicieron la prueba de la tira reactiva, y efectivamente, mi bolsa estaba rota. El mundo se me vino encima. No podía creerlo. Ahora que me empezaba a encontrar bien, ahora que el cariban me empezaba a hacer efecto... ¿Por qué?

Todavía no había visto una cara conocida en el hospital, me pasé muchas horas en el paritorio, intentaban pararme el parto. Por vía me pusieron medicación para parar las contracciones, que yo tenía, pero no notaba. Me pusieron el primer pinchazo para madurar pulmones de la peque.
Poco a poco, las contracciones iban disminuyendo, fueron unas 6 horas en paritorios, y apareció mi ángel, ella es María, y aunque no es mi gine, siempre está ahí. Cuando la vi aparecer por la puerta, no pude parar de llorar. Ella, con todo su amor, me explicó qué pasaba, qué iba a ocurrir en los próximos días/semanas; y me subió a planta. Me quedaría ingresada hasta el día del parto. Ella, avisó a mi gine, y menos mal, porque nadie le había dicho nada, a pesar de mi insistencia.

Así pasé las siguientes 2 semanas, entre visitas y risas con mi gine, el pediatra de nuestras peques también pasó en varias ocasiones, para explicarnos lo que nos encontraríamos en casa escenario (si nacía en la semana 31, en la semana 32... en la 33...)
Cuando terminaron el ciclo de medicación para frenar las contracciones, mis monitores salían sin contracciones. Todos estábamos eufóricos, aunque sabíamos que la bebé nacería como tarde en la semana 35. No querían aguantar tanto tiempo a la peque dentro, por el riesgo de infección por rotura de bolsa. Yo notaba fugas de líquido todos los días, y en las ecos comprobaron que quedaba muy poco, pero suficiente. Ella seguía creciendo muy bien, y eso era lo que más importaba.
Cada dos días me hacían el PCR para comprobar que no había infección, y durante 10 días aprox estuve con antibióticos. Todo iba bien, me monitorizaban 2 veces al día.

No quería visitas, estaba desbordada. Por las noches, cuando el hospital se quedaba en silencio, lloraba al escuchar llorar a los bebés con sus papás, o cuando me bajan a monitores y me cruzaba con una mami que terminaba de dar a luz. Recordaba pasar con la camilla y Claudia en brazos hacía 2 años y medio, pero sabía que esta vez no iba a ser así; mi bebé pasaría de paritorios a la UCIN, y yo, no podía hacer nada para evitarlo. Me dolía pensarlo, pero necesitaba mentalizarme. En esas semanas lloré muchísimo. Venían nuestros padres a vernos, pero no se quedaban mucho rato, no estábamos para fiestas. Teníamos a Claudia con nosotros, seguía durmiendo a mi lado cada día. Era nuestra inyección de cada día, gracias a ella era un poco más llevadero.
Nos enseñaron la UCIN, fue muy duro, saber que tu bebé se quedaría allí, en las mejores manos que podría estar, pero sin ti.

Casi un año después... HEMOS VUELTO


Casi un año después, quiero contaros muchísimas cosas.

Retomamos el blog! Os pido disculpas por haber desaparecido, pero YA ESTAMOS DE VUELTA!

Como ya sabéis, este blog es sobre maternidad, bebés, crianza...
Os he contado mi parto por cesárea, y en breve tendréis disponible el parto de bebé2.

Además, os contaré cómo me organizo con un bebé y una niña de 2 años, cómo se lleva la crianza en momentos madurativos tan diferentes.
Ser madre es lo mejor y más bonito que he hecho en mi vida, pero es muy duro. Ya sabéis, no os miento, os lo cuento todo sin anestesia y sin edulcorar. Tal cual es. Tal cual lo he sentido yo, y tal cual lo siento.
Tenéis derecho a conocer la "maternidad real", y que algunos temas que son "tabú", os los cuente sin maquillar. 

Empezamos!